La postura de la cobra, conocida en sánscrito como «Bhujangasana», es una posición fundamental en la práctica del yoga. Aunque sus beneficios son ampliamente reconocidos, es importante practicarla correctamente para evitar lesiones.
En este artículo, exploramos los numerosos beneficios de esta postura y cómo practicarla de manera segura y efectiva. Comencemos conociendo de donde proviene su nombre.
Bujanghi, a veces llamado también Bujangini, es una deidad serpentiforme de la mitología hindú. Este dios está asociado con las cobras y a menudo venerada como un dios protector.
Si bien no es tan prominente como otras deidades en el panteón hindú, Bujanghi tiene su lugar en diversas historias y leyendas.
La historia detrás del nombre de esta postura tiene sus raíces en la mitología hindú y su asociación con la deidad Bujanghi. Se dice que la postura de la cobra se inspira en la forma en que las cobras se elevan y expanden sus capuchas cuando están en actitud defensiva o de alerta.
Este gesto se ha interpretado como un símbolo de vigilancia, poder y protección, cualidades que también se atribuyen a la deidad Bujanghi.
En algunas narraciones mitológicas, se describe a Bujanghi como un ser divino que protege a los devotos y los defiende de los peligros, especialmente de los ataques de serpientes venenosas.
Adoptar la postura de la cobra en el yoga no solo fortalece el cuerpo físico, sino que también puede invocar la energía protectora asociada con esta deidad.
La postura de la cobra en yoga ofrece una amplia gama de beneficios para el cuerpo y la mente, pero es importante practicarla de manera segura y correcta para evitar lesiones.
Una de las posturas más elogiadas por especialistas por su capacidad para aliviar dolores lumbares es, paradójicamente, una de las que más lesiones puede causar cuando se realiza de forma incorrecta.
¿No es intrigante?
Y lo que es aún más preocupante, no solo la espalda baja se ve afectada por una ejecución errónea de esta asana. Tu cuello y la zona cervical también pueden sufrir gravemente como consecuencia de acciones inapropiadas.
Beneficios de la Postura de la Cobra:
La postura de la cobra ofrece una amplia gama de beneficios para el cuerpo y la mente. Algunos de estos beneficios incluyen:
Fortalecimiento de la Espalda: Bhujangasana fortalece los músculos de la espalda, ayudando a mejorar la postura y prevenir el dolor lumbar.
Estiramiento de los Músculos del Pecho y los Hombros: Al elevar el torso, esta postura estira los músculos pectorales y los hombros, aliviando la tensión acumulada.
Estimulación de los Órganos Internos: La postura de la cobra estimula los órganos internos, mejorando la digestión y el funcionamiento del sistema digestivo.
Alivio del Estrés: Al abrir el pecho y elevar el corazón, Bhujangasana ayuda a aliviar el estrés y la ansiedad, promoviendo una sensación de calma y bienestar.
Practicar la postura de la cobra de forma segura es más fácil si sigues estos consejos:
Cada asana en yoga implica un conjunto complejo de movimientos que involucran a todo nuestro cuerpo. No se trata solo de los grupos musculares principales en cada postura específica; cada detalle es crucial.
Desde la posición de la cabeza hasta la acción de las manos, la dirección de la mirada, la colocación de los pies y muchos otros aspectos más, cada uno contribuye significativamente a la experiencia y los beneficios de la práctica.
«Descubre las Claves Esenciales para Practicar la Postura de la Cobra en Yoga»
Conozcamos los errores más comunes al realizar la postura de la cobra.
A continuación nos centraremos en los hombros, lumbares, pies, glúteos y cuello, y lo más importante de todo, cómo corregirlos para una práctica segura y efectiva.
Errores en los Hombros: Los hombros son una zona vulnerable durante la postura de la cobra. Los errores más comunes incluyen:
Levantar los hombros hacia las orejas, lo que puede causar tensión y restricción en el cuello.
Hacer fuerza excesiva en los hombros al levantar el torso, en lugar de utilizar la fuerza de los músculos de la espalda.
Errores en las Lumbares: La región lumbar también puede verse afectada por una mala ejecución de la postura de la cobra.
Algunos errores habituales son:
Arquear demasiado la espalda baja, lo que puede provocar compresión en los discos vertebrales y dolor lumbar.
Levantar los glúteos y cadera del suelo, lo que disminuye la eficacia de la postura y aumenta la presión en la zona lumbar.
Errores en los Pies y Glúteos: Los pies y los glúteos desempeñan un papel importante en la estabilidad y la alineación durante la postura de la cobra.
Los errores más comunes son:
Apoyar solo en los dedos de los pies en lugar de utilizar toda la superficie de los pies, lo que puede provocar desequilibrios y tensión en los tobillos.
No activar los glúteos adecuadamente, lo que puede causar una sobrecarga en la parte baja de la espalda y una falta de soporte en la postura.
Errores en el Cuello: El cuello es una zona delicada que requiere atención durante la postura de la cobra. Hacia dónde dirigimos la mirada mientras ejecutamos la postura de la cobra va a ayudarnos en mayor o menor medida a tomar conciencia de las acciones en la postura.
Si quieres saber más sobre el poder de la mirada o drishti no te pierdas este artículo.
Algunos errores frecuentes son:
Mirar hacia arriba de manera excesiva, lo que puede tensar los músculos del cuello y provocar molestias.
Dejar caer la cabeza hacia atrás sin apoyo, lo que puede comprimir las vértebras cervicales y causar dolor.
En la postura de la cobra, uno de nuestros principales objetivos es lograr apertura en el pecho. Sin embargo, cuando aún no hemos alcanzado la flexibilidad suficiente en la columna vertebral, debemos optar por una variación más suave, como la «baby cobra».
En este caso, dejar caer la cabeza hacia atrás no nos llevará a una mayor apertura en el pecho, como podríamos esperar.
Por el contrario, esta acción puede alejarnos de nuestro objetivo y resultar en una compresión innecesaria de la zona cervical, lo que podría causar molestias o incluso lesiones posteriores.
En tales situaciones, es preferible mantener la cabeza en una posición neutral y conservar la mirada hacia adelante.
La dirección de la mirada nos permite enfocarnos en abrir el pecho y mantener los hombros alejados de las orejas.
Esto es algo esencial para una alineación adecuada y para evitar tensiones no deseadas en el cuello y los hombros.
Al practicar de esta manera, podemos trabajar de manera más segura y efectiva. Cumpliendo así nuestro objetivo de apertura en el pecho, sin comprometer la salud de nuestra columna cervical.
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